10 errores típicos de los coaches principiantes
10 errores típicos de los coaches principiantes
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Después de más de 9.000 horas haciendo coaching y siendo mentor de cientos de alumnos durante estos años, me he dado cuenta de que muchos coaches principiantes son como aquella canción de Julio Iglesias que dice “Tropecé de nuevo con la misma piedra”, es decir, muchos cometen los mismos errores y es hora de hacer algo para cambiarlo, lo que me ha llevado a compartir 10 de esas claves contigo.
El primer gran error es pensar que todo el mundo necesita un coach, porque ¿sabes una cosa?, eso no es cierto. Hay personas que necesitan terapia, un mentor o quizá formación. Algunos incluso un masaje o unas vacaciones, pero no necesariamente un coach, o tal vez, para ser más exactos, no cualquier coach. Eso va a depender del nivel de conciencia del cliente, la situación que esté viviendo, su enfoque personal o incluso simplemente, una cuestión de química.
2. Creer que tu cliente se va abrir a ti y te va a contar desde el inicio sus miedos o temores más profundos.
Si piensas así, tal vez tengas una visión muy romántica de la realidad (“peace & love”), y crees que tú vas a ayudar a tu cliente, no que él tiene el potencial para ayudarse a sí mismo. Mi frase para esto es la mítica del doctor House: “Todo el mundo miente y yo también a veces”. ¿Qué quiere decir esto? Que tienes que ganarte el acceso, obtener un visado al mundo interno del cliente, ser digno de tal confianza. Piensa que si no tienes cierta confianza con tus propios amigos, ¿cómo la vas a tener con un cliente que no te conoce de nada?.
3. ¡Salvar al soldado Ryan!
Querer que tu cliente en la primera sesión consiga todos sus objetivos, ¿y gracias a quién?.., Por supuesto, a ti, al ¡súper coach!. Es doloroso para muchos coaches trabajar entre bambalinas, detrás de la cámara, ya que quieren protagonismo en todo momento. Si este es tu caso, quizá deberías pensar si quieres ser coach u orador motivacional, o incluso puede que tengas que contratar los servicios de un coach para ti mismo.
4. El coach papagayo.
No hay peor cosa que el hecho de que un coach repita continuamente sin aportar entendimiento ni profundidad. Por ejemplo, cuando el cliente dice: “Quiero un trabajo que me haga sentir más pleno en mi vida”. Y el coach repite: “Ajá…, en la vida”. Eso no demuestra buena escucha sino, simplemente que no tienes una buena pregunta que aporte valor a la sesión.
5. Fusilar al cliente a preguntas.
Una vez un estudiante me preguntó: ¿Por qué a veces los clientes no responden a las preguntas que les hago?…, Y al ver su sesión en un vídeo, me di cuenta de que el cliente no tenía muy claro a cuáles de las cinco preguntas seguidas que le había formulado, debía responder. Cuando pasa esto, el cliente responderá a aquella pregunta más sencilla y menos comprometedora para él, lo que ciertamente no será efectivo para la sesión.
6. El uso de condicionales.
Habría, tendría, debería, te gustaría.., Todas estas son preguntas que no invitan a la acción. Lo único que harás con estas preguntas es que el cliente dé vueltas en círculos, tal como hace un perro cuando intenta morderse su propia cola sin lograrlo jamás. Las preguntas tienen que ser cortas, claras y directas: ¿Cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿quién?, ¿para qué?
7. Tener una pregunta ya preparada.
Muchas veces estarás esperando hacer la pregunta que has estudiado en el curso de coaching o leído en el libro de turno, y crees que va a ser la que permitirá al cliente encontrarse con su verdad. Raramente funcionará. Y mientras esperas el momento de introducir tu pregunta,
has dejado de escuchar el resto de lo que el cliente te estaba diciendo. Al no escuchar una pequeña parte de la frase, puedes estar perdiendo la clave que puede llevar al éxito al cliente.
8. Trabajar para quien no es tu cliente.
Los “marketeros” dicen que tienes que definir tu cliente ideal, pero en realidad, en este caso, es aún más importante saber cuál es el cliente que no quieres, con el que no te sientes cómodo, con el que no vas a fluir, con el que no disfrutarás de tus sesiones, dejando de ser tú mismo. ¡Esta es otra gran fuente de error!
9. No profundizar ni explorar más a fondo.
Existe el riesgo de que parezca que el cliente está muy claro en su objetivo, y tú lo asumas sin explorar. Si esto te pasa, debería encenderse una alarma con muchos colores en tu cabeza: ¡Alerta, alerta!, hay que profundizar el sentido de lo que estás haciendo con tus preguntas o la sesión de coaching se autodestruirá.
10. La seriedad en las sesiones.
Uno de mis estudiantes era alegre, divertido, y muy creativo durante la formación de coaching, pero fue a un cursillo donde alguien le dijo que para ser un coach de éxito hay que mantener la compostura. Desde ese momento, comenzó a fallar y sus competencias decayeron simplemente por dejar de ser él y tratar de ser el coach serio que le recomendaron.
Encuentra tu estilo, tu forma, fluye y disfruta, y de esa manera tendrás auténticos clientes: tus clientes.
Hernán Cerna Vergara
Director de la Cátedra Human Behaviour & Focus Values Systems en la Universidad Politécnica de Valencia (UPV)
MCC por la ICF
Mentor de coaches para las acreditaciones ACC, PCC y MCC
Director del programa “Especialista Universitario de Coaching y Liderazgo Estratégico por Valores” de la UPV
hernan.cerna@isorasolutions.com
www.isorasolutions.com
Si conoces otros errores que cometen los coaches en sus inicios, compártelos aquí debajo para aumentar esta lista y evitar caer en ellos. ¡Gracias!
Enviado por: sucoaching
Enviado el julio 10th, 2015
Estupendo tu articulo para recordar y guiar a los nuevos coaches sobre lo que se debe de evitar. Muy conciso y claro. Gracias
Yo añadiría otro que es que el Coach no debe de responsabilizarse nunca de la acción del cliente, siempre que el coach haya realizado una sesión potente sin cometer los errores que has enumerado ya que inicialmente el coach novato tiende a sentirse responsable de la sesión y de los logros del cliente. Gracias y Buen día.
Enviado por: Magda Galvez
Enviado el julio 10th, 2015
Gracias por tu comentario y por aportar un nuevo error muy común cuando todavía no se tiene experiencia. Saludos y buen verano
Enviado por: Sandra Huertas
Enviado el julio 10th, 2015
Es probable y deseable que muchos coaches empiecen por ir a un buen coach a organizarse emocionalmente. Me encantó el “puede que necesites un coach”. La autoridad moral evita que sean autoritarios y generen esa incomodidad y esa distancia con sus coachees.
Enviado por: Magda Galvez
Enviado el julio 10th, 2015
Sandra, gracias por compartir tu sentir. Saludos
Enviado por: Carlos Almenar
Enviado el agosto 4th, 2015
El Sr. Hernán nos ofrece una lista muy útil de elementos que podemos pasar por alto durante una sesión, y principalmente en las primeras prácticas. Me parece importante tener esto en cuenta incluso luego de hacer músculo con el coaching. Muy agradecido.
Enviado por: Magda Galvez
Enviado el agosto 4th, 2015
Gracias por tu comentario Carlos. Saludos y feliz verano!
Enviado por: José Miguel Griffero Rocha
Enviado el octubre 20th, 2015
Permíteme agregar uno más, “la urgencia para el Coach, de que el cliente logré resultados”, esto hace que el Coach presione al cliente por una necesidad que no es del cliente.
Enviado por: Juan W. Tamayo
Enviado el noviembre 21st, 2015
Hola, yo creo que el gran problema que hay es que cualquiera que por hacer un curso de Coaching de varias semanas o meses -pagando por supuesto el curso- y que a final le den el Certificado de Coach correspondiente, ya se cree Coach…
Yo diría que un 99% de los Coachs Certificados que hay son simples aficionados, muy poca gente es Coach de forma natural, o tiene digámoslo así, “madera” para ello…
Un saludo
Enviado por: Magda Galvez
Enviado el noviembre 21st, 2015
Es cierto Juan, que a veces no basta un certificado para asegurar que estamos frente a un buen coach. Pero afortunadamente, estamos avanzando hacia un coaching de calidad y consciente. Saludos y gracias por tu comentario!
Enviado por: Max Aranda Castro
Enviado el enero 11th, 2016
Hola, buen artículo… intentaré aportar un error: escuchar desde nuestra experiencia… al asumir ese observador, desenfocamos la escucha activa… lo que el cliente dice y deja de decir… es importante calmar las voces internas y mantener la curiosidad por aclarar el mensaje y agenda del cliente… en un proceso activo de desapego con el ego.