Dos respuestas para mejorar tu Asertividad

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La asertividad es una forma de expresión consciente, cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y sentimientos o defender nuestros derechos, sin la intención de herir o perjudicar, desde un estado de autoconfianza, sin ansiedad ni sentimientos de culpa o rabia. Un estilo de comunicación que nos permite defender nuestros derechos, sin agredir ni ser agredido.

A pesar de sus beneficios, tendemos a responder sin pararnos a pensar, sin criterio u olvidándonos de nosotros mismos y de nuestras prioridades. Unas veces porque no sabemos cómo hacerlo, otras porque no estamos en condiciones de ponerlo en práctica y, otras muchas, porque no somos conscientes del modo en el que lo hacemos.

¿Existe una “personalidad innata” asertiva o no asertiva?

Andrew Salter 1940 definió inicialmente la asertividad como un rasgo de personalidad que sólo algunas personas tenían. Posteriormente, en 1958, Joseph Wolpe y Richard Lazarus descubrieron que casi todos podemos comportarnos o no de un modo asertivo. En 2002, Flores y Díaz, concluyen que…

Por lo tanto, aprender a comunicarse de un modo asertivo no sólo va a depender de la situación y de las conductas y actitudes aprendidas y arrastradas desde la infancia; sino también, de las capacidades que queramos seguir aprendiendo e incorporando durante toda la vida.

Desde niños aprendemos a mostrarnos amables, a agradar a los demás o incluso a decir “SI”, en situaciones donde nos gustaría decir “NO”. Esto todavía se agudiza más en el mundo laboral, donde nos vemos en la necesidad de mostrarnos complacientes con los jefes, atentos con los clientes o amables y disponibles con los demás. En cambio, no desarrollamos tanto la habilidad de decir NO de una forma adecuada, cuando queremos decir NO, sin dañar al otro o poner en riesgo una relación personal o laboral.

¿Por qué digo SI cuando es NO?

Muchas veces detrás de un “SI por inercia”, sin pensar en las consecuencias, hay un Impulsor que actúa como un resorte del SI. Los Impulsores, una aportación de Taibi Kahler, aparecen con mucha frecuencia en los procesos de coaching. Son como programas que han quedado grabados en nuestros archivos y actúan mecánicamente, dando lugar a respuestas inadecuadas para cualquier conversación. Estos programas que impulsan nuestra conducta se basan en ciertos mensajes aceptados por la persona sobre cómo tiene que comportarse que, aunque son socialmente aceptables y recomendables, pueden ser muy perjudiciales cuando dirigen el cómo la persona va a pensar, sentir o actuar. Son mensajes del tipo “Si digo que no, no me van a querer, no me van a valorar, no contarán conmigo, se enfadarán, pensarán que no soy servicial, no se puede decir que no al jefe ni a los clientes…”

¿Cuáles son las consecuencias de responder con un SI automático o poco reflexivo?

• Muchas veces la de traicionarnos a nosotros mismos y a nuestra dignidad, dando lugar incluso a servilismos y concesiones inadecuadas (“se cree que soy su esclavo, no sé da cuenta de cómo estoy…”). La de dejar en segundo plano el cuidarnos o atender a nuestras necesidades o a las de aquellos que más nos importan o a no conseguir equilibrar nuestra vida laboral, personal y familiar.
• Otras muchas la de no cumplir con compromisos previos. Esto ocurre mucho en la empresa. Jefes de Proyecto que no cumplen con sus plazos en tiempo y forma por no saber decir NO a otras demandas de clientes, proveedores, directivos o colaboradores. Lamentablemente, el incumplimiento de promesas suele darse con aquellos que tenemos más confianza, que son precisamente los que más nos importan.
• Resentimientos ocultos hacia las personas que nos piden cosas. En vez de mirar nuestra dificultad para decir no, nos enfadamos con el descaro que tienen las personas a las que tachamos de poco sensibles: “debería darse cuenta”; “Tú no conoces a mi jefe”. Rabia, frustración, resentimiento y otras emociones que van minando las relaciones con amigos, familia o compañeros.

¿Qué dos respuestas intermedias puedo practicar para comunicarme de un modo asertivo?

Cuando uno ha automatizado el SI a ciertas peticiones, puede resultar muy difícil pasar al NO, por lo que un primer paso sencillo consiste en ensayar algún tipo de respuesta intermedia, como la 2 y 3 de estas 4 opciones:

1. Si
2. Si, pero… (“Me ocupo de esto pero necesitaría que tú…”)
3. Retrasar la respuesta (“Déjame que lo piense”, “luego te digo”)
4. No

Estas respuestas nos servirán para reflexionar sobre las posibles consecuencias de un “SI automático” y responder a estas preguntas: “Cuando digo SI a… estoy diciendo NO a…” o ¿Qué precio estoy pagando por decir SI a…?

Es aquí donde

y las consecuencias o ideas preconcebidas que puedan estar condicionando nuestra manera de actuar.

Este descubrimiento y toma de conciencia es el único que llevará al Coachee a asumir la responsabilidad de actuar y a emprender acciones diferentes con las que conseguir resultados extraordinarios.

El Coaching en la sociedad moderna, no solo aporta una ventaja fundamental en la comunicación, sino además permite conquistar ese horizonte personal en el que todo es posible.

Belén San Miguel

Coach Profesional Certicada (PCC) por ICF, USA. Psicóloga experta en coaching (PsEC®) por el Colegio Oficial de Psicólogos y fundadora de Coachycom, donde lidera un gran número de proyectos de Mejora de la Productividad, Liderazgo, Selección y Desarrollo de Talento. Docente del Master en RRHH del CUCC-COPM. Responsable de la Comisión de Técnicas del grupo de psicología y coaching del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid de la Sección de RRHH del COPM. Conferenciante, articulista en revistas divulgativas y blog en temas de Desarrollo, Liderazgo, Coaching, Motivación, Técnicas y Capital Humano.

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